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Las primeras llamadas a la puerta

  • Foto del escritor: Javier Fernández
    Javier Fernández
  • 18 ene 2018
  • 3 Min. de lectura

¿Quién dijo que es fácil? No lo es. En la vida de las entidades deportivas no profesionales hay puntos de inflexión rodeados de decisiones clave para el futuro de la organización.

Una toma de decisión que seguro hemos vivido muchos es el momento en el que como club tienes la necesidad de generar ingresos y de buscar el camino de la autosuficiencia con el objetivo de crecer.


La gran mayoría de las entidades dedicadas al deporte escolar y formativo, tienen en la inscripción anual de niños y niñas una de las fuentes más importantes de ingresos, compartidos con el apoyo local o institucional al deporte de iniciación. Sin embargo, en la última década hemos vivido un etapa convulsa en lo económico en la que han congelado o disminuido sensiblemente las partidas públicas a la vez que las empresas privadas recortaban la línea de publicidad y patrocinios.


Dos vías principales de ingresos


Esta situación descrita, convivía con la necesidad de cubrir gastos, en la mayoría de los casos mayores que la anterior temporada dado que los incrementales de inscripciones aumentaban. Por lo tanto eran necesarios más técnicos, más equipaciones, más recursos logísticos, pistas, campos, horas de entreno, etc...


En las directivas de los clubes, se plantean dos opciones. La primera, el aumento de cuotas a las familias o la segunda, empezar a conseguir empresas privadas que aporten un dinero como sponsor (micro o macro). Sin duda, la primera parece impopular, salvo que esté bien justificada por mayores y mejores servicios que ofrezca la entidad a sus deportistas ¿estás dispuesto como padre o deportista a pagar más si te ofrecen más horas de entreno, con personal específico y en mejores instalaciones?.


En la segunda, puedes optar en externalizar la gestión, contratar a una persona (Gerente o Comercial), o tener en la directiva a alguien con tiempo libre excelso y contactos múltiples. En todos los casos, el objetivo económico a alcanzar en la temporada vía sponsor debe estar cuantificado y deber ser real y alcanzable.


Atletas en plena carrera

Abrir puertas para sumar desde el ámbito privado


Cuando se opta por la vía de la contratación profesional habituada a la búsqueda, venta y cierre de acuerdos de patrocinio, la apertura de puertas es más ágil dado que existen contactos anteriores y una fidelización empresa-cliente que viene de tiempo atrás y facilita el llegar a la firma con solvencia.


Pero la realidad es que la mayoría de los clubes no profesionales tiran de su gente, de la persona influyente que tiene contactos en su entorno laboral o profesional, que conoce la localidad, sus comercios de cercanía, las empresas del lugar. Este protagonista tiene que sentirse respaldado, que no asfixiado, dado que en bastantes ejemplos acaba siendo una buena nave con riesgos de fatigarse en el intento.


Para esa primera llamada, es clave acertar con la persona (la forma) ya que será la imagen externa del club y con la oferta (contenido) plagada de dosis de atracción comercial persuasiva capaz de hacer creer que el retorno de la apuesta económica de la empresa será palpable.


En ambos opciones, el tiempo y el espacio son vitales, así como, la presentación de espacios de compra en eventos, comunicaciones (redes, web, apps, medios), tienda oficial, equipaciones y material deportivo. Este dossier será la llamada para que la puerta se mantenga abierta y al cerrarla una sonrisa se traduzca en una firma que suponga el ingreso estimado para el crecimiento previsto.

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