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La importancia de gestionar bien las emociones dentro de los clubes formativos

Cuando dentro de una entidad dedicada al 100% al deporte escolar alguien pone en evidencia que algo está fallando en las relaciones internas entre diversos agentes, llega el momento de reflexionar y pensar porque has llegado a esa situación y que tienes que hacer para actuar con carácter preventivo y pro activo.


En el mundo del deporte estamos muy acostumbrados a trabajar sobre hechos consumados, cuando ha pasado algo, actuamos. Está pasando con la violencia en los campos y canchas en categorías de edad escolar. Las emociones se desbordan desde perspectivas altamente subjetivas en las que entran en juego las percepciones de tres protagonistas muy distintos: el directivo/a, el entrenador/a y el padre o madre del pequeño deportista.


La conjunción de sentimientos muy dispares provocan choques de trenes que en muchos casos, una vez que pasan, son difíciles de reconducir. Por ello, es clave trabajar desde la prevención poniendo a las personas en el centro. Venimos experimentando como hay factores que trabajados en equipo contribuyen a generar climas sanos en el ámbito de las relaciones humanas dentro de los clubes deportivos.


Un primer factor es gestionar tu estado personal de forma positiva, sabiendo desde el primer momento cual es tu rol como directivo, como formador o como padre. Que puedes aportar a la entidad para que funcione mejor desde el punto de vista de las relaciones humanas, fortaleciendo tu auto control en situaciones de máxima emoción.


Un segundo factor es cuestionar tu percepción, dejar de creer que siempre llevas la razón en todo y que tu verdad sobre lo que ves en la cancha, en la grada o en los despachos, es absoluta. Pasar a ser una persona capaz de cohesionar, de llegar a acuerdos, de dialogar y, lo más importante, de escuchar. Seguro que trabajando desde uno mismo, acabas haciendo más fuerte al grupo pero haz una pequeña reflexión de un minuto y pregúntate ésto ¿algunas vez has puesto en cuestión tus creencias?.


Un tercer factor es la empatía, la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar pensando. Es la primer gran piedra para evitar los conflictos. Entre adultos es vital hacer el esfuerzo de razonar porque puede estar actuando un entrenador, un directivo o un padre de una forma u otra. Qué le puede estar llevando a mostrar estados de felicidad, tristeza, alteración o ansiedad dentro del rol que desempeña. Busca el espacio para conocer los motivos y gestionar de forma positiva las emociones y siempre pensando que por medio está el principal protagonista del juego, el niño o niña, que no debe pagar los platos de las debilidades de los mayores en este terreno.


Y un cuarto factor que es es la comunicación, en todas sus formas, verbal o no verbal, escrita u oral. Tenemos más medios y herramientas que nunca para comunicarnos ¿las utilizamos correctamente?, ¿son plataformas para informar o las utilizamos para expresar emociones y creencias propias?. Gestos en los partidos, comentarios inapropiados en la grada, ahora en el siglo XXI emitoconos por redes sociales, pueden estar siendo el caldo de cultivo para trasladar un emoción en negativo, que acaba afectando directamente al deportista. Toca trabajar por ser mejores comunicadores en la era digital ¿estáis preparados?.


Por todo ello, os invitamos a participar y a poner en marcha en vuestros clubes junto a nosotros nuestro taller "Ecosistema emocional Win to Win: El camino hacia la sostenibilidad de las relaciones humanas en las entidades deportivas".

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